ALGUNOS DERECHOS RESERVADOS

ALGUNOS DERECHOS RESERVADOS
CREATIVE COMMONS. Línea discontínua by Silvia Tena is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.

23/1/21

 


PUEDE QUE ESTO NO LE INTERESE

Hace pocas horas que se han cerrado los colegios electorales. Tras el escrutinio y los pactos, llega la hora de la verdad: la de pasar de las promesas electorales a los hechos. Hace tiempo que no veo partidos políticos que apuesten por un reforzamiento sin paliativos de la cultura. Nuestros políticos consideran la cultura un lujo superfluo, «prescindible» ante carteras como Sanidad, Economía o Política Exterior. Y es que, en nuestra sociedad (hija del postcolonialismo que ha hecho de nuestro mundo una gran Aldea Global), se considera útil sólo aquello que produce beneficios. Ya lo dijo Diderot: «el tiempo es demasiado precioso para perderlo en especulaciones ociosas». Vivimos en la era del homo economicus: todo está dominado por la lógica del utilitarismo, la productividad y las leyes de mercado. Las oscilaciones de la prima de riesgo justifican la sistemática destrucción de lo prescindible, por medio del recorte lineal del gasto. Por esa lógica, la música, las disciplinas humanísticas, la literatura, la libre investigación, el arte, el teatro o la arqueología, se consideran prescindibles. Pero no todo se debe a la crisis: ya lo dijeron Abraham Flexner o Tocqueville: el utilitarismo desacredita la necesidad de lo inútil pues esas cosas «superfluas» son percibidas como un peligro «por el simple hecho de existir» y porque pueden crear individuos críticos, cultos y, por consiguiente, difícilmente manipulables. Pero en una sociedad sometida a la dictadura de lo cuantificable, el conocimiento es la única forma de resistencia. Como dijo Nuccio Ordine la ausencia de Cultura «sin Cultura no puede haber democracia». Las instituciones son los templos donde preservar la excelencia del conocimiento. Un museo, una excavación arqueológica, un archivo o una biblioteca, son un tesoro que la colectividad debe preservar a toda costa. Urge un cambio de paradigma que incluya la gratuidad del conocimiento, una defensa de la libertad de la investigación y una unificación de los saberes: el científico y el humanístico (la «nueva alianza» de la que habló Ilya Prigonine). Un país donde no se comprende el arte, la literatura o la historia es un país de esclavos, dijo Ionesco. Sócrates en El Banquete explicaba a Agatón que el verdadero conocimiento es aquel que puede transmitirse de un ser humano a otro de una manera natural «como fluye el agua a través de un hilo de lana desde un recipiente lleno hasta otro vacío». Sólo el conocimiento compartido nos enseñará lo invisible. Y puede ser compartido sin empobrecer a quien lo difunde. Al contrario: enriquece a quien lo transmite y a quien lo recibe. Pero, como nos han enseñado que todo esto es prescindible, quizás todo esto no interese. © Silvia Tena

El Mundo 11.11.2019

https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/castellon/2019/11/11/5dc89b04fc6c832f7c8b456f.html


No hay comentarios: